Con 38 años, licenciada en Periodismo, máster en Dirección de la Comunicación Corporativa y consultora en Relaciones Públicas, Stefanía Valdez trabaja actualmente con marcas como Supermercados La Colonia y ha aprendido que comunicar no es solo hablar, sino impactar de manera profunda a las audiencias. Su historia profesional comenzó mucho antes de recibir un título o dirigir una estrategia; empezó siendo una niña tímida que, a los nueve años, descubrió frente a una cámara que su voz podía emocionar, inspirar y transformar.
Todo comenzó una tarde de 1996, cuando su madre la llevó de la mano a un casting. Era tímida, reservada… pero algo sucedía cada vez que una cámara se encendía frente a ella: su voz florecía, su mirada se iluminaba y su mundo interior cobraba fuerza.
Fue seleccionada para el programa infantil Cosas de Niños, transmitido por Vica Televisión, Hondured y Telecadena 7 y 4. Durante cuatro años, ese espacio no solo la formó frente a las cámaras, también le brindó las primeras herramientas para contar historias: escribir guiones, improvisar, comunicar con autenticidad. Fue allí donde, con la determinación de una niña que ya intuía su camino, le dijo a su madre: “Cuando sea grande, quiero estudiar periodismo”.
En 2004, a los 17 años y mientras cursaba su último año de colegio, Stefanía vio un anuncio de casting que reavivó su deseo de continuar en televisión. A pesar de no tener experiencia presentando en vivo, su pasión fue más fuerte que cualquier temor. El casting fue una prueba en vivo, sin segundas tomas, y ella se lanzó con determinación. Fue seleccionada para conducir durante más de un año un programa musical en Canal 54, un reto que implicaba estar al aire durante dos horas, interactuar con la audiencia y responder llamadas en tiempo real. Lo que para muchos sería una experiencia abrumadora, para ella fue una confirmación: había nacido para comunicar. Así comenzó una nueva etapa en televisión que consolidó su presencia, voz y seguridad en escena.
Cinco años más tarde, en 2009, dejó los reflectores y se sumergió en el mundo de la prensa escrita. Ingresó a El Heraldo, uno de los diarios de mayor prestigio en el país, como parte de su práctica profesional. Su dedicación y profesionalismo le aseguraron un lugar incluso antes de terminarla. Durante ocho años, se desarrolló como reportera, coeditora y finalmente editora de las secciones Vida y Superguía. Lideró un equipo de trabajo en la coordinación de la puesta en papel y en plataformas digitales de contenidos de espectáculos, cultura, sociales, entretenimiento y suplementos comerciales, entre otros. Además, realizó reportajes y notas enfocadas en periodismo utilitario, aportando información práctica y relevante para los lectores. Cubrió también congresos médicos en El Salvador, México y Estados Unidos. Su voz seguía presente, esta vez a través de las letras que llegaban a miles de lectores, consolidando su pasión por contar historias que conectan.
Pero su historia no terminaba allí. En 2018 dio un giro inesperado al entrar al mundo de las relaciones públicas. Durante más de cinco años, trabajó en Publicidad Comercial, donde encontró un nuevo escenario, esta vez detrás de escena, como asesora de comunicación estratégica. Colaboró con marcas como Supermercados La Colonia, Nissan, Tigo, BCH, RAP, PNUD, Grupo Q, Banco de Occidente y muchas más. “Cada cliente fue una escuela”, recuerda. “Cada campaña fue una historia que merecía ser contada con autenticidad”.
Hoy, Stefanía combina experiencia, empatía y estrategia para ayudar a organizaciones a construir vínculos genuinos con sus públicos. Su compromiso es claro: la comunicación es mucho más que un mensaje, es una herramienta poderosa de transformación.
“Dios ha sido generoso conmigo”, reflexiona con gratitud. “Me ha permitido vivir de lo que amo y seguir dejando huella. Como toda persona, he tenido altos y bajos, pero nunca me rindo. Me rodeo de personas que suman a mi vida, no que resten. A quienes están comenzando este camino, les digo: crean en ustedes, prepárense con pasión y confíen en el proceso”.
La niña que un día venció su timidez frente a una cámara, hoy utiliza su voz con propósito: una voz que resuena, inspira y teje conexiones capaces de transformar.